El pasado martes 9 de junio, una delegación integrada por 8 miembros de Escuela de Lideres, y la Directora General del Colegio Internacional SEK – Los Valles visitó la comunidad de Guabug, en las faldas del volcán Chimborazo, con el fin de llevar a cabo nuestra campaña “Mi amigo Especial.” Con motivo del Día del Niño, Niña y Adolescente, Escuela de Lideres organizó está campaña para fortalecer los lazos de amistad entre SEK – Los Valles y la Unidad Educativa Bilingüe (quichua-español) Interandina. La forma en la cual los estudiantes de SEK – Los Valles debían llegar a sus amigos de Interandina era a través de víveres no perecibles, un regalo y una carta en donde relatarían un poco sobre sus vidas. Quienes formamos parte de Escuela de Lideres comprendemos que la solidaridad no es dar lo que nos sobra sino compartir lo que tenemos y en ese sentido sabemos que ni los víveres ni los regalos solucionan el drama permanente en el que viven esas familias. Sin embargo nos parece indispensable conocer el otro rostro del Ecuador que no se agota en los límites de nuestra ciudad capital, desarrollada y metropolitana, porque más allá existe una nación mucho más esencial y sencilla donde los niños y niñas son intensamente felices en medio de la carencia.
Guabug nos recibió demostrando calidez y agradecimiento, las familias nos compartieron su tradicional caldo de patas y cui con papas como almuerzo. La mirada profunda y sincera de los niños y niñas al recibir sus cartas, víveres y regalo guardaba los secretos del ecuatoriano que crece labrando la tierra y cuidando los sembríos y el ganado como lo hacían nuestros antepasados andinos. Con un “dios le pague” nos expresaron que correspondían a nuestro gesto de amistad, y nos demostraban los fuertes valores humanos de nuestra nacionalidad. Las injusticias sociales no les importaban porque son gente honesta que comparte lo que tiene y construye día a día el destino de nuestro país. Así son los niños de Guabug: auténticos. Nos dedicaron canciones sobre el respeto a la naturaleza, también nos enseñaron a valorar cada una de las oportunidades que la vida nos ofrece como el acceso a la educación.
Gracias a la visión aperturista del Rector de aquella unidad educativa, Lic. Mauro Medina, pudimos compartir con el Ecuador profundo y dramático que vive de su trabajo y esfuerzo y que jamás se da por vencido. Como parte del agradecimiento no merecido que recibimos, cada uno de los estudiantes de Interandina nos escribió una carta, que en muchos casos expresan sus aspiraciones, sueños, humildad y valor para desafiar a las adversidades de la vida. Que sea una de esas cartas la que manifieste el verdadero sentido de nuestro viaje a Guabug:
“Guabug, 1 de junio de 2009
Amigo Solidario:
Reciban saludos de los niños de cuarto año básico. Nosotros somos niños campesinos pero muy respetuosos con las personas adultas, familiares, amigos, vecinos. Vivimos felices como las mariposas en el campo al aire libre y puro; nuestros corazones son verdaderos y desde allí le invitamos a que siempre venga a visitarnos.
Mi mamá trabaja en el campo y mi papá y mis hermanos mayores en una fábrica en Riobamba pero le ayudan siempre a mi mamá como yo. Estoy muy feliz de poder estudiar en la Unidad Educativa Interandina donde nos preparan para ser profesionales de bien. Yo quiero ser doctora para curar las enfermedades de los niños y por eso voy a estudiar mucho.
Estamos muy agradecidos con todos ustedes que están conociendo un rinconcito de nuestro país Ecuador y que Dios les bendiga a cada momento de sus vidas y de su digna familia. Nos despedimos.
Atentamente,
Yo me llamo: Yecenia Inga.”
Guabug nos recibió demostrando calidez y agradecimiento, las familias nos compartieron su tradicional caldo de patas y cui con papas como almuerzo. La mirada profunda y sincera de los niños y niñas al recibir sus cartas, víveres y regalo guardaba los secretos del ecuatoriano que crece labrando la tierra y cuidando los sembríos y el ganado como lo hacían nuestros antepasados andinos. Con un “dios le pague” nos expresaron que correspondían a nuestro gesto de amistad, y nos demostraban los fuertes valores humanos de nuestra nacionalidad. Las injusticias sociales no les importaban porque son gente honesta que comparte lo que tiene y construye día a día el destino de nuestro país. Así son los niños de Guabug: auténticos. Nos dedicaron canciones sobre el respeto a la naturaleza, también nos enseñaron a valorar cada una de las oportunidades que la vida nos ofrece como el acceso a la educación.
Gracias a la visión aperturista del Rector de aquella unidad educativa, Lic. Mauro Medina, pudimos compartir con el Ecuador profundo y dramático que vive de su trabajo y esfuerzo y que jamás se da por vencido. Como parte del agradecimiento no merecido que recibimos, cada uno de los estudiantes de Interandina nos escribió una carta, que en muchos casos expresan sus aspiraciones, sueños, humildad y valor para desafiar a las adversidades de la vida. Que sea una de esas cartas la que manifieste el verdadero sentido de nuestro viaje a Guabug:
“Guabug, 1 de junio de 2009
Amigo Solidario:
Reciban saludos de los niños de cuarto año básico. Nosotros somos niños campesinos pero muy respetuosos con las personas adultas, familiares, amigos, vecinos. Vivimos felices como las mariposas en el campo al aire libre y puro; nuestros corazones son verdaderos y desde allí le invitamos a que siempre venga a visitarnos.
Mi mamá trabaja en el campo y mi papá y mis hermanos mayores en una fábrica en Riobamba pero le ayudan siempre a mi mamá como yo. Estoy muy feliz de poder estudiar en la Unidad Educativa Interandina donde nos preparan para ser profesionales de bien. Yo quiero ser doctora para curar las enfermedades de los niños y por eso voy a estudiar mucho.
Estamos muy agradecidos con todos ustedes que están conociendo un rinconcito de nuestro país Ecuador y que Dios les bendiga a cada momento de sus vidas y de su digna familia. Nos despedimos.
Atentamente,
Yo me llamo: Yecenia Inga.”
